Las palabras del dolor de Pablo Busín

“No lo puedo creer, cierro los ojos y veo cómo arde la moto. No pude hacer nada para apagar el fuego. Estoy bajoneado, si bien por mi experiencia se de los imponderables en el Dakar», señaló Pablo Busín.

«Me siento vació. No pude hacer nada en este Dakar. Perdón a todos». Un abatido Pablo Busín, desde Pisco y a través de la telefonía satelital trataba de digerir el momento que le tocó vivir en la legendaria prueba. El cipoleño había sorteado algunas complicaciones, cuando después de una caída el fuego consumió a su flamante Honda.

El primer patagónico en completar un Dakar y que después repitió la hazaña en dos oportunidades, encaró su cuarta experiencia en el afamado Rally Raid con muchas expectativas, que se revitalizaron después del impecable comienzo del pasado sábado, cuando sin arriesgar se metió como el cuarto mejor argentino.

Las complicaciones para Busín empezaron antes de largar la segunda etapa, aunque nunca se imaginó cómo iba a ser el final de la historia.

«Cuando tenía que salir en mi horario, 6.09, la moto no arrancaba y los mecánicos se pusieron a trabajar hasta ponerla en marcha, pero durante el trayecto hasta el primer control se apagó, y tuvimos nuevamente que atenderla. El problema era a causa del conector que no hacia llegar el combustible, le hicimos un «by-pass» y funcionó», recuerda Pablo.

En el kilómetro 40, buscando el segundo wain point, y después de superar a varios rivales, Busín se apartó de la línea del piloto que lo precedía. A mucha velocidad, se encontró con varias ondulacones en la arena. Sorteó dos y en la tercera terminó desparramado. Cuando se levantó para buscar su moto, la Honda ya estaba en llamas. La historia estaba escrita, con el peor final.

«Fue un golpe común en el Dakar. Cuando vi la moto en llamas no me alcanzaron las manos para tirarle tierra y lograr apagar el fuego, llegaron algunos compañeros y me sacaron para atrás por el peligro de que explotara, debido a que los tanques de combustible estaban llenos, sumado a las bengalas con las que por reglamento tenemos que llevar», cuenta Busín, casi al borde de las lágrimas, que descargó cuando pudo comunicarse con su familia en Cipolletti.

«Ahora estoy en la largada, esperando volver al vivac, porque voy a seguir con el equipo hasta Tucumán, porque tengo muchas cosas cargadas en el camión», comenta Pablo, quien una y mil veces utiliza la palabra perdón para referirse a todos los que lo ayudaron a encarar esta cuarta travesía.

Un golpe duro, inesperado, más aún en el mismo comienzo del Dakar. Pero, lo que no mata fortalece y Busín lo sabe. Cuando pase la bronca, y comprenda que lo que le sucedió está dentro de los imponderables, no se detendrá en lamentarse y volverá a la acción, buscando revancha.

Fuente: Diario Rio Negro.